Impacto medio ambiental del Fast Fashion o Moda Rápida

Durante los últimos días se ha hablado con insistencia el porqué deberíamos dejar de consumir el Fast Fashion, y es que la industria de la moda es la segunda más contaminante del mundo, después de la del petróleo. A medida que crece el mercado, también crecen los daños al medioambiente.

Sin embargo, para entender mejor las razones, es preciso conocer:

¿Qué es el Fast Fashion?

Una definición de manera precisa, nos dice que es “ropa barata de usar y tirar producida en masa”, o “la rapidez con la que los diseños modernos pasan de las pasarelas a las tiendas y, finalmente, a un bote de basura”, se puede entender este concepto como una estrategia de negocio que busca reducir la cantidad de procesos involucrados en la cadena de suministro para llegar a tener productos acabados lo más pronto posible en almacenes de cadena.

Lo que ha hecho el Fast Fashion es impulsarnos a un comportamiento repetitivo que es el usar y tirar, porque el utilizar la ropa más de cinco veces es todo un reto, y es que cada año la calidad de la ropa empeora, nuestras prendas pierden color, se quedan sin forma y se desgastan cada vez más rápido, sin omitir el hecho de que las tendencias cambian tan rápido que no podemos seguirles el ritmo. Continuamos comprando solo para estar a la moda.

Sin embargo, ¿cuál es su impacto al medio ambiente?

La industria de la moda produce anualmente entre 4.000 y 5.000 millones de toneladas de dióxido de carbono (CO2) lo cual representa entre el 8 % y el 10 % de las emisiones globales de este gas según un reporte realizado por la ONU y no resulta extraño, teniendo en cuenta que las fábricas textiles en la mayoría de los países sudeste asiatico no cuentan con una normativa ambiental tan exigente y es por esta razón que, arrojan aguas residuales directamente a los ríos sin ningún tratamiento previo. Estas aguas, contienen sustancias tóxicas como plomo, mercurio, arsénico, entre otras. Todas son en extremo perjudiciales para los ecosistemas acuáticos y la salud de millones de personas que viven a las orillas de estos ríos, y finalmente llegan a los mares, donde termina por extenderse a todo el planeta.

Solo imagina el hecho de que el quemar un kilo de ropa resulte ser más contaminante que el quemar carbón o que para confeccionar un jeans son necesarios 7 mil litros de agua… Una cantidad exorbitante, la misma que debería beber una persona en 10 años.

Y si te preguntas… ¿Cuántos litros necesita una camisa de algodón entonces?

 Necesita aproximadamente 3 millones de litros, porque el algodón es un material que requiere MUCHA agua (y calor) para su crecimiento aunque se cultiva habitualmente en zonas cálidas y secas. Y es que la cantidad de agua necesaria para producir solo 1Kg de algodón puede llegar hasta a los 20.000 millones de litros de agua.

Esto por parte del productor, pero… ¿qué ocurre cada vez que lavamos nuestras prendas? Cada vez que lavamos una prenda sintética (poliéster, nylon, etc.) Estas fibras están presentes en el 72 % de nuestra ropa. Se liberan en el agua casi 700.000 microfibras que llegan así a nuestros océanos. Científicos han comprobado que estas, alimentan a peces pequeños, que a su vez, sirven de alimento a peces más grandes de esta manera se introduce el plástico a nuestra cadena alimenticia.

Las sustancias químicas en la ropa, son otro de los componentes más preocupantes en la industria de la moda. Se usan en la producción de fibras, así como en los procesos de teñido, blanqueamiento y limpieza de todas nuestras prendas, lo que no sabíamos hasta hace un momento es que, el uso frecuente de estas sustancias en el cultivo de algodón hace que sus agricultores sufren enfermedades y muerte prematura, provocando también una contaminación masiva de todas las aguas del planeta, así como la degradación del suelo.

El suelo es un elemento esencial de nuestro ecosistema. Para la producción de alimentos, así como para la absorción de CO2 es necesario un suelo de buena calidad. La enorme degradación del suelo a escala global es uno de los principales problemas medioambientales a los que nuestro planeta se enfrenta actualmente. La industria de la moda desempeña un papel importante en la degradación del suelo a través de: el pastoreo excesivo con cabras cachemir y ovejas criadas para su lana.

Muchas de las prácticas del ser humano resultan ser riesgosas para el medio ambiente, en mayor o menor medida y proponer soluciones para ello resulta algo muy lejano, pues se necesita de grandes entidades… O eso creemos, porque como consumidores de moda, sí que podemos tener mejores hábitos de consumo y reducir este impacto medio ambiental, con consejos como estos:

  • Consulta y apoya la compra en emprendimientos locales que sean amigables con el planeta en cuanto a su producción.
  • Cuando vayas a tirar tu ropa, piensa en alternativas como: Arreglarla por ti mismo, donarla, llevarla a marcas donde te puedan recibir tu ropa usada, o dejarla en contenedores de reciclaje textil.
  • Intercambia, alquila tu ropa o compra de segunda mano.
  • Asegúrate de lavar una carga completa de ropa en una lavadora eficiente, y seca está al aire libre no utilizando tu secadora (mayor emisión de CO2).

¡Ahora que conoces un poco más sobre las consecuencias de la ‘’moda rápida’’ esperamos que puedas ser un consumidor responsable y consciente con el planeta!

 Todas las actividades que realizan los seres humanos tienen un impacto ambiental, sea mayor o menor. Proponer una solución a este problema no es sencillo, puesto que ello depende, en gran parte, de la iniciativa de las empresas y los gobiernos que están involucrados. Sin embargo, como usuarios, sí podemos generar un impacto. Es importante buscar otras marcas de ropa con prácticas más sostenibles e, incluso, una solución aún más sencilla es propagar información en todas las plataformas que tengamos a nuestro alcance. Después de todo, hemos notado en los últimos tiempos que las redes sociales tienen un gran poder para incidir en las decisiones económicas y políticas de grandes actores. Exigiendo mejores métodos de producción, mejores condiciones laborales, y tomando conciencia acerca de la sostenibilidad de nuestros hábitos de consumo podremos llegar a un mejor estándar ambiental (y laboral) favorable para nosotros y para los grupos humanos que se ven directamente inmersos en el sector textil.